Holocausto, Nakba, genocidio en Gaza

3 Ago 2025 | Blog

Hay que parar el genocidio en Gaza YA. Es insoportable, la inacción de nuestros gobernantes en Europa es vergonzosa. Hace unos días, el 29 de julio de 2025, hablé brevemente del holocausto, del antisemitismo nazi, de la Nakba (la expulsión de los palestinos de sus tierras en 1948) y del actual genocidio en Gaza. Fue en el marco de la conmemoración en Soto del Real (Madrid) del fusilamiento del alcalde republicano de Soto (entonces ‘Chozas de la Sierra’) por el régimen franquista, el 29 de julio de 1939, un acto organizado por la Asociación Cultural local ‘Chozas de la Sierra’.

Empecé relatando los recuerdos lejanos y recientes que compartió conmigo una amiga mía recién fallecida, nacida en Alemania en 1929, 25% judía según las leyes raciales nazis de Nuremberg. Después, dije lo siguiente:

Los judíos europeos eran las víctimas más claras del nazismo, del antisemitismo más feroz, metódico y letal de la historia. Fueron las principales víctimas de las pretensiones genocidas de los nazis, por delante incluso de los eslavos polacos y soviéticos que ocupaban el territorio que Hitler quería para el espacio vital de los alemanes, el ‘Lebensraum’, en Europa Oriental.

Pero ahora, 80 años después del fin de la segunda guerra mundial y la derrota militar del nazismo, estamos viendo como la cúpula dirigente del estado de Israel está cometiendo un genocidio en Gaza. Las víctimas se han convertido en verdugos. Es más, los colonos judíos sionistas en Palestina ya en los años 30 y 40 del siglo XX hostigaban a los palestinos, un proceso que culminó en 1948 con la Nakba. Diferentes sectores de un pueblo, en diferentes lugares, pueden ser víctimas o verdugos en su relación con diferentes pueblos y regímenes.

Hablo de antisemitismo, Holocausto, genocidios, Nakba y Gaza, no sólo por la actualidad del tema y por la necesidad de parar el genocidio sobre los palestinos ya. También porque ilustra que es tan tentador en temas de memoria histórica de medir con dos varas, justificando esta inequidad con un sinfín de hechos históricos ciertos, pero sacados de contexto y sin ampliarlos con hechos igual de ciertos pero que preferimos soslayar. Así, convertimos los hechos históricos parciales en pretextos para medir con dos varas y para dividir el mundo en ‘nosotros’, ‘los nuestros’, ‘los buenos’, por un lado, y ‘los otros’, ‘los malos’, por el otro. Afrontar la historia simplemente como una pelea entre los ‘siempre buenos’ y los ‘siempre malos’ no solamente es equivocado; es peligroso.

Un buen ejemplo es la posición alemana con respecto al estado de Israel. En muchos sentidos, la reflexión alemana sobre su propio pasado nazi a partir de 1980 es un ejemplo que ojalá sigan otros muchos países, pero con respecto al estado de Israel, la reacción oficial alemana ha sido desde siempre tan comprensible como equivocada. Los nazis alemanes eran los principales responsables del Holocausto: cierto. Los judíos europeos eran las principales víctimas del régimen nazi: cierto. Algo como el exterminio de los judíos por los nazis no debe nunca volver a pasar en Europa: muy cierto. Apoyaremos incondicionalmente al estado de Israel, pase lo que pase, haga lo que haga: equivocado.

Para terminar, quiero volver a la memoria histórica en España, quiero sugerir que evitemos el medir con dos varas o sólo ocuparnos de los ‘malos’. Por supuesto, después de tantas décadas de propaganda franquista y olvido impuesto sobre las víctimas del golpe militar del 18 de julio y del franquismo, sólo se puede aplaudir el esfuerzo para descubrir, conmemorar, llamar la atención, recuperar y escribir, o reescribir, historias de los vencidos y sobre los vencidos. Quizás en España sea la tarea prioritaria en la recuperación de la memoria histórica sobre la Segunda República, la Guerra Civil y el franquismo. Pero, emocionalmente e ideológicamente, es la tarea más fácil en nuestra reflexión histórica. En ese terreno de criticar a los desmanes golpistas y franquistas estamos muchos dentro de nuestra zona de confort emocional e ideológico: está claro quiénes son los ‘malos’ y quienes son los ‘buenos’. Como guiri con varias décadas de experiencia en España, os invito a salir de vez en cuando de esta zona de confort ideológica y emocional cuando estudiamos y escribimos historias de España.

En España, esto significa sobre todo asumir TODAS las verdades de la Segunda República y de la Guerra Civil, aunque a veces los hechos duelen. No tenemos que olvidar NADA de lo que ha sido importante en esos años, todos los claroscuros, en la zona nacional y en la zona republicana. Para que aprendamos. Para que no olvidemos. Para que seamos personas más completas.